El control de la temperatura en la oficina es crucial para garantizar un ambiente de trabajo óptimo. Las quejas relacionadas con el frío o el calor, los resfriados o el malestar general son comunes cuando la temperatura no es adecuada. En una oficina, es recomendable mantener una temperatura entre los 19 y los 23 grados Celsius.

Superar o disminuir este rango de temperatura no solo resulta en un consumo de energía innecesario, sino que también afecta negativamente el confort y el rendimiento en el lugar de trabajo. Un ambiente demasiado seco puede generar incomodidad y disminuir la productividad de los empleados.

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